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  Clanes de Mercenarios
 

CLANES DE MERCENARIOS


El origen del clan «Los ladrones nocturnos» se remonta a una época muy lejana. El clan se fundó todavía en la Época de Transición, famosa por las luchas sangrientas por las tierras y por el poder sobre el mundo Faeo. Los guerreros audaces de la raza humana y magmar organizaron una brigada que protegía las dos naciones contra los ataques de los orcos agresivos que se adentraban en los territorios desconocidos arrebatando tierras a los habitantes de Ogria y Jair. Quienes más sufrían era la gente humilde, ya que los habitantes de las grandes ciudades y castillos estaban seguros. A los orcos, por algún motivo, no les interesaban los asedios prolongados. Los monstruos preferían expediciones rápidas a las aldeas indefensas. Durante esas escapadas, los orcos convertían las aldeas en cenizas, capturando a los humanos y magmares, los conducían hacia los territorios bajo su ocupación, donde como esclavos les obligaban a trabajar sin descanso. La aparición de los orcos sanguinarios era tan inesperada que los humanos de Ogria y los magmares de Jair se dieron cuenta de la situación cuando el enemigo ya se había asentado firmemente en sus tierras, arrasando con facilidad un ejército tras otro enviados por los gobernadores atemorizados que querían aniquilar a los orcos. La primera resistencia la puso el grupo llamado posteriormente «Los ladrones nocturnos», formado por los fugitivos de aldeas quemadas. Se unían en grupos y llevados únicamente por las ansias de vengar a sus seres queridos, bajo la protección de la noche y con la ayuda de las herramientas de uso doméstico, llevaban a acabo la obra de destrucción. Al atardecer «Los ladrones nocturnos» se infiltraban en los campamentos de los orcos, degollaban a los orcos dormidos y envenenaban sus provisiones. Unidos contra un enemigo común, los humanos y los magmares, «Los ladrones nocturnos», se olvidaron durante algún tiempo de las diferencias y prejuicios entre razas, y crearon una organización capaz de enfrentarse a los orcos despiadados.

Con el paso de tiempo, «Los ladrones nocturnos» eran cada vez más. Al mismo tiempo, perfeccionaron sus habilidades de guerra, adquirieron experiencia y aumentó su fe en sus propias fuerzas. Con cada escapada nocturna, los ocupantes sufrían cada vez más pérdidas. Los intentos de los orcos por acabar con «Los ladrones nocturnos» no resultaron, ya que éstos se escondían en los bosques por los que se movían con soltura, encontrando el camino incluso de noche, algo imposible para los orcos cuyo hábitat natural eran –las estepas. Esta situación les obligó a los orcos a frenar la expansión, lo cual permitió a los humanos y a los magmares a organizar el contraataque. La operación militar se llevó a cabo perfectamente. Los enfrentamientos en los alrededores del Matorral de Estramonio y Lugares Remotos de la Estepa pasaron a la historia como las batallas más importantes de esta guerra y que liberaron para siempre tanto a los humanos como a los magmares de la ocupación de los orcos.

Los orcos que quedaron con vida huyeron y la vida volvía a la normalidad poco a poco. Sin embargo cambiaron muchas cosas. Los miembros del clan «Los ladrones nocturnos» al dominar el arte de la guerra, no querían volver a la antigua vida en el campo. La experiencia que adquirieron durante las escapadas nocturnas, los convirtió en asesinos profesionales. La fama que consiguieron arrasando el ejército de los orcos, les trajo respeto digno de verdaderos héroes. Al ver en ellos defensores honestos, la gente empezó a dirigirse a ellos pidiendo ayuda. Así empezó la actividad del legendario clan de los mercenarios que actuó durante siglos sin ningún obstáculo, realizando los encargos, tanto de la gente humilde como de los reyes, encargándose de la aniquilación de monstruos y malhechores.

 

Mercenario del clan «Los ladrones nocturnos».  Mercenario del clan «Los ladrones nocturnos».

 

Sin embargo, nada dura para siempre. La presencia en el clan tanto de humanos como de magmares, pronto dio a luz sus primeras diferencias. La gota que colmó el vaso fueron las ninfas y, precisamente, uno de los encargos por cuya ejecución un rico ofrecía un premio generoso. Deseaba tener es su palacio una ninfa viva para entretenerle a él y a sus invitados. Una parte del clan, constituida en mayor parte por los humanos, consideraba ese encargo inmoral y que su realización los colocaría al mismo nivel que los bandidos y asesinos que no seguían ninguna regla. La otra parte, principalmente los magmares, no veía nada malo en secuestrar a las ninfas, diciendo que el premio lo compensaba. Estaban convencidos de que el camino de un verdadero mercenario debe regirse por la ley del dinero.

El conflicto que nació de la diferencia de mentalidades e impulsos naturales de los miembros del clan, se agravó hasta tal punto que origino la ruptura del gran clan y su división en tres clanes más pequeños. Los humanos que no estaban de acuerdo con los cambios, llamaron su clan «Loto de Piedra» y se marcharon lejos, hacia las tierras de Ogria, diciendo que la política de su alianza nunca se va a contradecir con el interés de los pobres y de los indefensos. Decidieron ayudar a todos los necesitados. La mitad de los magmares siguió su ejemplo y formó el clan «Hachas Rojas». A diferencia del clan «Loto de Piedra», sin embargo, sus reglas decía algo totalmente distinto. Decidieron seguir el lema: – ¡El beneficio es más importante que el buen nombre! Rechazaron la moralidad, considerándola como debilidad indigna de los mercenarios.

La tercera parte, constituida tanto por los humanos como por los magmares, permaneció entre las filas del antiguo clan. Sus miembros consideraban que la amistad que había unido a «Los ladrones nocturnos» era más importante que la muerte de unas cuantas ninfas. En el futuro pretendían negarse a ejecutar encargos similares, inclinándose, más bien, hacia la lucha contra los enemigos de ambas razas, como el Caos y la fauna agresiva.

Los tres clanes existen hasta hoy. Los miembros de cada uno de ellos siguen las leyes de la hermandad, establecidos por sus antepasados, muchas veces luchando entre ellos.

 

Mercenario del clan «Hachas Rojas».  Mercenario del clan «Loto de Piedra».



 
 
 
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